Y vos me preguntaras "para que este blog??"
He aqui el misterio muejejejejeeee.....
Simplemente para contarte que he decidido ponerme la mochila al hombro y recorrer los caminos del mundo, mi mundo, y contarte como me esta yendo.
Espero puedas compartir mi entusiasmo y disfrutar conmigo de esta experiencia...

domingo, 7 de agosto de 2011

Por el NOA - Primera parte: Tucuman

Por donde empezar?.. Siempre se plantea esta misma pregunta al comenzar una historia o un relato y no falta quien diga "por el principio" pero.. por cual de los principios?..
Sin anestesia porque por algun lugar hay que empezar, empezamos por aca:
La mañana del lunes 4 de Julio me despertaron con la noticia de que el tren que ibamos abordar habia descarrilado unos dias antes en algun lugar de Santiago del Estero, bueno, no la linea de pasajeros, sino la de cargas, y por tal motivo estaban suspendidos los viajes. El primer contratiempo?
Mariana, una de las chicas que me acompañaria, oriunda de Capital Federal, me dice uqe llame a la empresa para ver como resolvian esto y, despues de varios intentos, logro comunicarme y me dicen que un colectivo pasaria a buscarnos por la estacion de trenes de Rafaela, lugar donde ibamos abordar el coche.
Esa tarde German me paso a buscar a mi y a Carolina, otra acompañante de esta aventura, y luego de algunas idas y vueltas (volver a mi casa a buscar los pasajes, volver a casa de Carolina a buscar la memoria del GPS) partimos hacia Rafaela. Eran aproximadamente las 17:30 hs.
Llegados a Rafaela y despues de varias vueltas, cortesia de la cartografia errada, llegamos a casa de mi prima Belen y su novio (?) Gabriel nos recibe. Mate, charla, una cena apresurada y a esperar el cole. En la estacion no habia nadie, nadie mas que un hombre que nos recibe con un "El tren descarrillo. No pasa". Si bien ya lo sabiamos, la seguridad nunca es completa y los nervios comenzaron a manifestarse: "y si no viene el cole? Que hacemos?.."
La cuestion es que entre risas y gastadas el cole llego y abordamos todos, con y sin pasajes.
Viaje cansador y con pocas horas de sueño. En parte gracias a la constante charla de la señora mayor cn el marido medio sordo y su vecina de asiento. Parece que siempre tiene que presentarse esta situacionen todo colectivo, por lo menos en todo el que yo aborde..
A pesar de la promesa de llegar a las 10 hs a la capital tucumana, llegamos a las 7:30 hs aproximadamnte.
Desayunamos en un bar frente a la estacion y nos comunicamos con Cecilia, compañera tucumana que nos albergaria en su casa los proximos dias hasta continuar nuestro camino hacia los valles, en su compañia tambien.
Taxi y llegada a casa de Ce. Nos recibe su hermano Oscar, su madre Olga y Mariana, que habia llegado unas horas antes.
Matesito y luego paseo por la avenida cercana a la casa, que incluyo una visita al Cementerio del Norte, casi una necropolis.
Volvimos a almorzar la exquisita comida casera que nos preparo Olga y despues acompañamos a Cecilia a la facu para quedarnos paseando por el parque 9 de Julio. Al poco tiempo, ella nos alcanza porque suspendieron las clases y decidimos seguir paseando por el centro de San Miguel, conocer los lugares turisticos obligatorios como la Basilica, la Catedral, Casa de Gorbierno, Casa Historica, etc.






Finalmente, decidimos cenar por el centro y luego de algunos mensajes cruzados ebtre Ce y sus amigos, terminamos en casa de Rene y su esposoJuan Pablo, donde tambien nos esperaba Ana Pamela, con quien yo ya habia estado en contacto sin conocernos aun. Pizas, cerveza y fernet lubricaron la charla que casi inmediatamente homogeneizo el grupo.
Despues de un dia largo, tanto que no parececia el primero, y una noche bien coronada con buena compañia, retornamos a casa de cecilia para disfrutar de un merecido descanso.
Al dia siguiente nos levantamos medianamente temprano, desayunamos mate algunos y matecocido otras, y tomamos cole al centro porque la intencion era partir de alli en otro hacia el Cero San Javier. Llegados a la parada el chofer nos dice que ese micro no iba donde nosotros queriamos, sino que teniamos que tomarnos otro en la terminal pero de inmediato porque salia en 15 minutos. Corrimos, tomamos un taxi y volamos a la terminal, llegando 4 minutos demorados. Un chico le dijo a Cecilia que ya habia partido el coche, asi que despues de deliberar un poco, tomamos la opcion de la porteña, y partimos hacia El Siambon-Raco.
Interesante viajesito entre las sierras. El colectivero muy amablemente hizo las veces de oficial de turismo y nos recomendo bajar en el Monasterio Benedictino de El Siambon, el seguiria viaje y unos 30 minutos mas tarde, pasaria en su recorrido de vuelta y nos acercaria a Raco. Muy buena onda el hombre.
Entonces, bajamos del bondi y subimos la cuesta sobre la que se ubica el Monasterio, una hermosa construccion de piedra, de esas que se ven en las peliculas tal vez mas parecida a un templo budista que a uno cristiano.

Al ingresar en la capilla nos esperaba el velatorio de uno de los monjes. Habiamos visto al subir por la cuesta que en una de las laderas estaban cavando una fosa y Carolina, a modo de broma, dijo: "Estaran por enterrar a alguien". No era broma.
Esperamos en la ruta el cole de vuelta y este nos llevo a la estacion de servicios de Raco, donde Mariana casi entra en panico al enterarse que no habia mas "atractivos turisticos" en la zona. Particularmente, el paisaje me parecia ya suficientemente atractivo.
Comimos moderadamente unas cositas que llevamos y otras que compramos en el Full y surgio el chiste que lo unico uqe hicimos en esos dias, y lo que teniamos para contar, es que habiamos comido mucho.
Hicimos un pequeño paseo por lo salrededores mientras esperabamos el paso del nuevo cole que nos llevaria a San Miguel y al volver a la estacion, Mariana vio un hambre en camioneta y tubo la idea de pedirle aventon. Ya me habia olvidado que hacia autostop.
Asi que le preguntamos al hombre si podia llevarnos y acepto muy amablemente. Las chicas subieron adelante y yo me quede atras, en la chata, contemplando la vista, recibiendo el aire en la cara y dormitando un poco.

El muchacho nos bajo en el cruce de la ruta 9, en la localidad de Tapia. Alli practicamos dedo nuevamente y nos levanto enseguida una señora muy apurada, que nos conto que era de nacionalidad alemana, nacida en Buenos Aires, y desde que se caso con un tucumano vive en una chacra en El Siambon, que iba a buscar a su hijo al aeropuerto, que este vive en Estados Unidos y viene de visita cuando ella no va para alla, etc, tec.
Por todo esto y su manera de hablar, las chicas la bautizaron "la cheta".
La señora nos dejo en Tafi Viejo, en el ingresi, y a poco de estar alli , otra vez el dedo hizo su magia, y un muchacho en una camioneta cargada de tablas de madera nos levanto. Tuvimos que esperar un rato a la porteña que habia corrido unos 200m para sacarle foto a un cartel de ruta, algo muy, muy comun en ella, por lo que ya se la habia bautizado anteriormente como "la turista".
El muchacho trabajaba en un aserradero y llevaba un flete a una carpinteria de Tafi Viejo. Mariana habia querido aprovechar para ver el Museo del Tren alli, pero a la hora que llegamos estaba ya cerrado. Entonces, nuestro benefactor nos dijo que el descargaba las tablas y salia para San Miguel, si lo esperabamos nos llevaba a la ciudad.
Obviamente esperamos y nos termino dejando a unas 10 cuadras de la casa de Cecilia.
nos bañamos y fui a pasear por el centro de nuevo con Carolina, mientras acompañamos a Ce al dentista. Paseamos por plaza Urquiza, fuimos al Teatro San Martin, donde estaba tocando casualmente Falu e invitados, visitamos el casino y volvimos a lo de Cecilia.
Esa noche toco cocinar, Entre Mariana y yo lo hicimos y la Ce luego lavo los platos. Nos fuimos a acostar temprano ante la interminable charla de la porteña.
Mañana del jueves y ya con experiencia, pudimos abordar el cole a San Javier y nos bajamos en La Cascada. Fuimos todos menos la tucumana que tenia clases ese dia.


Unas escaleritas rusticamente armadas con tierra y troncos descendian precipitademente hacia el cause del rio y de alli pasando por una bonita zona de acampe, llegamos a la cascada, caminando a orillas del rio.
Las fotos obligatorias y charla con turistas: una señora de Capital fascinada con el lugar pero sobre todo con el tipo de turismo q estaba realizando, amenizaron el momento.



Despues de la sesion de fotos de nuestras modelos, retornamos a la zona de acampe y, mientras Carolina observaba el paisaje y Mariana juntaba la ensalada (?), yo hacia expedicion por los senderos perdidos en los matorrales.
Volvimos a la ruta y despues de otra sesion de fotos, intentamos el dedo, pero a quien?: no pasaba nadie!.
Habia un cartel que marcaba " a 2 Km Complejo Universitario" y decidi que caminaramos un poco hasta alli, ya que era todo cuesta abajo y quiza tendriamos mejor suerte.
Los 2 Km se convirtieron en 2000, no llegabamos mas! Intentamos dedo con los pocos vehiculos que pasaban y cuando por fin paro uno, era un remis. Lo pensamos y despues de negociarlo un poco nos llevo hasta El Cristo en la cima del cerro, por casi media tarifa.
Muy amable el tachero, nos vendia el lugar, como casi todo e tucumano que encontramos, visiblemente orgullosos de su hogar.
Una vez en El Cristo hicimos una especie de almuerzo-merienda, sacamos mas fotos artisticas y caminamos bajando el cerro hacia la plazoleta dedicada a Mercedes Sosa. Despues seguimos caminando un poco mas abajo en el cerro, bordeando la ruta, y al ver venir una camioneta, la mochilera Hilux, le hago dedo, para y subimos.

Asi bajamos el sinuoso camino, con las tripas revueltas, pero los ojos llenos con las hermosas vistas, hasta Yerba Buena, donde nuestros conductores pararon un rato a deliverar si se quedarian alli o seguian a San Miguel. Optaron por esto ultimo y, luego de un viaje que casi hace vomitar a los pasajeros de la chata, nos dejaron muy cerca de casa de Cecilia otra vez.
Esa noche fuimos a un karaoke con las chicas y nos encontramos con dos amigos de la tucumana. tambien esa noche descubri que Carolina tiene una hermosa voz y la porteña.. bueno, hizo lo que pudo.
mañana de viernes y despues de una breve siesta la noche anterior, tomamos cole con Carolina hacia la ruta de tafi para bajarnos en El Indio. Monumento y feria, fotos y compras, y dedo de nuevo.
Un grupo de jovenes, dos parejas, nos levantaron en su Hilux blanca y nos acomodamos en la chata. Mientras veiamos el paisaje y sacabamos fotos, caigo en la cuenta que la camioneta que nos llevaba era la misma que la tarde anterior nos alzara, pero los conductores habian rejuvenecido!






Bajamos en el acceso a El Mollar. Nos despedimos del conductor que resulto ser hijo de quien nos llevara anteriormente y almorzamos en el comedor de la estacion de servicio del cruce. Mi primer locro, y el ultimo tambien creo, no me gusto para nada.
Despues caminamos mochila a la espalda hacia la localidad por un camino mitad de ripios, mitad asfalto.
En el poblado visitamos un desprolijo Parque de los Menhires y despues que nos dijeran que al dique La Angostura no valia la pena ir porque estaba casi seco y feo, esperamos el cole a Tafi, ya muy cansados por la extensa jornada.
El cole nos dejo en la terminal de Tafi del Valle y caminando y preguntando llegamos al hostel y nos apropiamos de la planta superior de la habitacion comun. Yo sali a caminar un poco, mientras Carolina se recosto un rato, para averiguar por un supermercado y alguna oficina de turismo. Al volver, Carolina no estaba en el hostel y yo no tenia llaves, asi que me hicieron entrar a la habitacion por la puerta de atras.
Estabamos muy cansados y era temprano aun. Me tire un rato en la cama y luego m bañe para ir juntos a cenar al centro. Se me antojo chivito a la parrilla y Carolina acompaño.
La mañana del sabado la dormi casi toda, aun con los ruidos d los chicos que estaban alojados con nosotros que se iban y un par de chicas mas que llegaban. Cecilia me escribio que ya estaban viniendo a dedo y yo consegui que en el hostel me laven la ropa, estaba frio para mojarse las manos.
Despues hicimos una especie de desayuno-almuerzo con capuchino instantaneo, galleta y queso de cabra y yo me dedique a escribir esperando la llegada de las chicas mientras Carolina se iba a recorrer la city.
al poco timpo llegaron las que faltaban y se pusieron a contar su aventura de viaje a dedo. Habian conocido un señor mayor que las trajo a Tafi y les mostro la casona que tiene en las afueras del valle, en una ladera de los cerros, llamada Costa Dos.
Salimos los tres a recorrer la ciudad intentando encontrar a Carolina. Fuimos donde estaba pero no dimos con ella, entonces seguimos por otro lado intentando encontrarla. Asi pasamos desde el puente vehicular al otro peatonal, ambos que cruzan el rio.

Seguiamos intentando dar con Carolina sin exito. Volvimos al centro y despues de informarnos saobre como llegar al "Cerro de la Cruz" en la Oficina de Turismo, lugar donde nos dijo que ella se dirigia, salimos en la direccion indicada.
Resulto que era todo un camino cuesta arriba y despues de ascenderlo unos mil metros, consultamos a unos lugareños si era la direccion correcta y nos dijeron: "Por aca se va al Cristo, pero es lejos: esta alla" y señalo un punto blancuzco en el horizonte, en medio de un lejano cerro. "Carolina camino hasta alla???" fue la exclamacion general.
Volvi a preguntarle al hombre si ese era el Cerro de la Cruz y este me dice: "No, ese es el Cristo del Cerro". Ahi estaba el meollo de la situacion. Nos mandaron al lugar equivocado!
Para volver al Cerro de la Cruz tuvimos que atravesar todo el poblado y desandar todo la andado para terminar trepando, a ultimas horas de la tarde y ya muy cansados, a aquel sitio. Alli estaba Carolina sacandose fotos en la cima.

Bajamos a Tafi y fuimos al hostel a bañarnos e hicimos contacto con Carlos, el hombre que habia traido a las chicas. Nos busco en su camioneta, compramos algunas cositas para la cena y nos llevo a su casona en la costa del cerro.
Indescriptible la ambientacion de la vivienda con un estilo rustico-country y, lo mas sorprendente y embriagador, la vista desde la galeria: las luces de El Mollar y las de Tafi separadas por el relfejo en el agua del dique La Angostura.

Despues de cenar nos arrimamos al fogon que iniciara Carlos en la chimenea, degustamos unos vinotos y nos complacio interpretando unas zambas, guitarra en mano.
Volvimos al hostel realmente extasiados por esa hermosa e inesperada noche.
Sabado por la mañana. Me levante temprano y recorri la city en busca de info turistica y averigüe cuanto costaba el alquiler de caballos.
Volvi al hostel, desayunamos e hice la invitacion a las compañeras para una cabalñgata. Solo accedio Carolina y nos dedicamos a tal empresa, lo que nos ocupo 1 y 1/2 hs de paseo y charlas con la niña que nos guiaba.

Dejamos los caballos donde los encontramos y al ver que enfrente de alli alquilaban cuadriciclos, no pude resistir preguntar por el costo.
Volvimos al hostel y decidimos con Carolina darnos unas vueltas en los vahiculos, las demas chicas volvieron a desistir. Prudente su decision porque ese solo dia gastamos mucho dinero. Sarna con gusto..
Salimos rumbo al Convento Jesuita de La Banda que actualmnete funciona como museo. Luago seguimos viaje hasta el paraje "La Ovejeria", ya por caminos sinuosos y empedrados. Continuamos hacia donde nos dijeron habia una hermosa cascada, sobre el rio de Los Alisos.

Llegando a El Rodeo nuestro vahiculo nos abandono. Se detuvo por completo y luego de intentar arrancarlo nuevamente sin exito, llamamos a Cecilia pqrq que de aviso al propietario. Al rato llego el hombre en otro cuadriciclo de mayor cilindrada , intentamos darle arranque al nuestro aun sin exito y terminamos llevandolo a remolque de nuevo a Tafi.
Nos cambiaron el vehiculo y volvimos a partir nuevamente con la finalidad de llegar por fin al destino previsto.

El camino se hizo largo aunque el paisaje era maravillosos. Llegamos al poblado de Las Carreras por el que se accede a la cascada, por un sendero dificil y largo, medio perdido y en un plano muy inclinado. Alli vi uno de los paisajes mas cautivadores de todo el viaje.
Dejamos el cuadri cuando ya solo se podia seguir a pie y comenzamos a recorrer el sendero que supuestamente nos llevaba a la cascada. Caminamos un buen tiempo por ese complicado caminito de cabras a veces sin saber si era el correcto. El ocaso se acercaba y con él el frio, lo que nos obligo a abandonar la empresa sin saber si realmente estuvimos cerca de llegar, pero el paisaje por si solo valio la pena el esfuerzo.
Volvimos a Tafi ya oscureciendo y tapados por una nube de tierra todo el camino, ya que era la hora en que todo el mundo volvia al pueblo.
Nos bañamos y cenamos en el mismo hostel, probando algo de comidas regionales.
Domingo. Me levante temprano y busque unas masas en una panaderia cercanapara el desayuno, preparamos las mochilas y salimos a la ruta para hacer dedo, destino: Amaicha del Valle.
Mariana nos condujo hacia la rotonda que esta sobre la ruta y, como nos separamos un poco parahacer dedo, un muchacho paro y nos ofecio llevar a Carolina y a mi, hasta la salida del pueblo, donde tendriamos mejor suerte.
En ese lugar hicimos dedo aproximadamente una hora hasta que nos levanto una pareja de cordobeses en auto.


Hablando con ellos nos dijeron que estaban alojados en Tafi y que iban para las ruinas de Quilmes y despues volvian. Se me prendio la lamparita y les dije que nosotros tambien teniamos intenciones de ir a las ruinas desde Amaicha y ellos se ofrecieron a llevarnos y traernos de regreso a Amaicha. Genial!
Tambien tuvimos la suerte de que a nuestros conductores les gustaba ir parando por el camino para ver el paisaje, lo que me cayo muy bien.
Llegamos a Quilmes y recorrimos las ruinas de la antigua poblacion aborigen.


Luego volvimos a Amaicha y en el Museo de la PachaMama nos despedimos de la pareja para ir al encuentro de Cecilia que nos esperaba en el complejo donde nos alojariamos.
Toamamos algo mientras esperamos que Mariana regrese de su city tour para ver si ibamos todos juntos al museo. Mariana no quizo y fuimos el resto. Muy interesante el museo.





A la vuelta fuimos al centro a averiguar por los otractivos turisticos de la zona, en un bar en la esquina de la plaza porque la improvisada "oficina de turismo" estaba deshabitada.
Despues volvimos al complejo y cocinamos unos spaguettis como para alimentar a toda Italia.
Sobremesa y a la cama. Esa fue la primer noche que "me hizo frio", segun la Ce.
A la mañana siguiente despues del desayuno partimos en cole hacia el dique de Los Zazos. Justo el cole que tomamos no nos llevaba hasta el dique mismo, sino que nos dejaba en el pueblo unos kilometros antes, con lo que tuvimos que caminar en ascenso un largo rato.
Llegamos al dique, hicimos un descanso sacando fotos al alucinante paisaje y seguimos viaje bordeando la acequia hacia donde nos dijeron estaban las cascaditas de El Remate.
Unos metros antes de llegar tuvimos que abonar la entrada al "Parque" regenteado por la comunidad aborigen y caminamos otro tanto hacia la quebradita donde se encuentran las caidas de agua.
En el camino nos topamos con una construccion de adobe y paja que sirve de refugio al parecer, llamada Huaira Huasi, Casa del Viento.






Seguimos caminando adentrandonos en la quebrada y, acercandonos al curso de agua, una pareja de españoles nos advirtieron que el arroyo estaba realmente muy frio, pero no fui hasta ahi para mirar de lejos, asi que me saque las zapatillas y camine por las aguas hasta llegar a la segunda cascadita. Volviendo a salir sentia como el frio me quemaba los pies. Carolina quedo a medio camino por este motivo, pero la porteña se la banco y camino muy tranquila por el agua helada.
Envidia daba el joven guia que parecia disfrutar de su humeda y fria caminata.

Estuvimos un rato y retomamos el curso de la acequia volviendo al poblado. Alli conseguimos que en un quiosco nos hagan unos sandwiches de mortadela, tomamos una gaseosa y esperamos el cole que nos llevara de regreso a Amaicha. Todos estabamos muy cansados.
Llegamos al complejo y salimos a buscar parte de la cena y recorrer un poco. Fue alli cuando se me ocurrio ir a investigar un poco una construccion abandonada y destruida que luego supe era una hosteria del ACA, con toda una historia detras. Esa noche nos metimos a hurtadillas en el lugar y trepamos al mirador en la torre del tanque, desde donde pudimos apreciar todo el complejo. Habria sido realmente importante en su apogeo.
Volvimos a cocinar al alojamiento, cenamos y a dormir. Al otro dia saliamos hacia Cafayate..